Descubre cómo nació este devocional cristiano en 2024, inspirado en Salmos 51:10, y cómo cada reflexión conecta con la rendición ante Dios.
Los viajes y recorridos por múltiples escenarios nos condujeron a un espacio seguro: la dependencia de Dios
Valorando cada latido, este proyecto nace en 2018. Desde entonces, hemos escrito vivencias que siento compartir y que no puedo olvidar, pues forman parte del tablero de mi Fe y Esperanza. Algunos momentos han llegado con pausas, otros con fluidez, pero siempre con el deseo de escribir y compartir, ya sea a través de una cápsula en redes sociales o mediante una publicación más desarrollada en el sitio.
Para el año 2024, nos colocamos frente a las cámaras, a pesar de que me negaba rotundamente a grabar un video con las mismas reflexiones. Decía: ‘Solo escrito es suficiente’. Gracias a unos amigos que insistieron con cariño, grabamos el primero en septiembre, compartiéndolo en el canal de YouTube y, a su vez, en otras redes sociales.
Sin embargo, ya en el mes de junio del mismo año, había sentido en lo profundo de mi corazón el llamado a escribir un libro, aunque no tenía la menor idea de cómo hacerlo. Pero Dios, en su infinita misericordia, solo necesita que obedezcamos a su propósito. Anoté el título y comencé a meditar sobre la importancia de Salmos 51:10, una oración de entrega y rendición que sigue siendo vigente en la vida actual.
Así comenzamos a escribir la historia de testimonios en un compendio devocional titulado Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio. Sin tener aún una estructura definida, escribimos las primeras reflexiones. Luego hice una pausa, casi engavetando el proyecto, postergándolo y dando largas para avanzar.
Sin embargo, aquí aprendí que si Dios te ha llamado a realizar una tarea, Él mismo te va a guiar. Y así fue como continuamos, hasta completar un devocional con 15 reflexiones, cada una conectada con la rendición ante mi Dios, el Todopoderoso.
Crea en mí, Oh Dios, un corazón limpio no es solo una súplica, es una declaración de fe. Es reconocer que no podemos hacerlo solos, que necesitamos al Creador para rediseñar lo que el dolor, el orgullo o la rutina han desgastado. A través de estas 15 reflexiones, te invito a caminar conmigo por senderos de rendición, confrontación, sanidad, y renovación. Cada día está diseñado para tocar una fibra distinta de tu alma, para provocar preguntas, despertar esperanza y fortalecer tu relación con Dios.
Hoy, más que nunca, entiendo que la rendición no es debilidad, sino el inicio de una transformación. Cada palabra escrita, cada latido compartido, es una ofrenda que nace del deseo de ser moldeado por Dios. Que este devocional no solo se lea, sino que se viva.
